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“Sin que haya habido colectivos, ni choripanes…”



Estas palabras eligió el Mauricio Macri para saludar la marcha realizada en apoyo a sus políticas el pasado 1 de Abril. La intitulada “Marcha por la democracia” tuvo epicentro en Plaza de Mayo y también hubo manifestaciones en el resto del país.

¿Qué quiso decir el presidente con esta frase estigmatizante?

 


Repasemos los actos, marchas y movilizaciones del último mes:


*6 de marzo: Convocada por los gremios docentes que pedían por la realización de la paritaria nacional.

*7 de marzo: Convocada por la CGT para protestar por los despidos en el sector industrial

*8 de marzo: Paro de mujeres en el día internacional de la mujer, pedían por la igualdad de género, la violencia machista y porque no las maten, entre otras reivindicaciones.

*15 de marzo: Jornada nacional de lucha de las organizaciones sociales, por la emergencia social.

*21 de marzo: Marcha federal docente, por lo mismo del punto uno y por la educación en general.

*24 de marzo: Por los derechos humanos, por los desaparecidos y por las políticas de derechos humanos, en franco retroceso en el gobierno de CAMBIEMOS. Por Memoria, Verdad y Justicia. Además de que liberen a los presos políticos.

*2 de abril: Hoy a las 15.30 en Plaza de Mayo ex combatientes de Malvinas por la soberanía, por los caídos en la guerra y por políticas que resguarden a los que lucharon en la contienda.

*6 de abril: Paro general de la CGT, porque hay despidos, el poder adquisitivo cayó estrepitosamente y en reclamo de la falta de trabajo.


En definitiva ninguna de estas manifestaciones se realizaron por choripanes, ni tampoco para tomar una coca. Cuando se menciona a ese binomio lo que se intenta es minimizar todos los reclamos, pedidos y reivindicaciones anteriormente mencionados, por un rasgo gastronómico peyorativo desde el punto de vista de las élites.


Se toma un símbolo de lo popular y se lo menosprecia en una evidente expresión de clase. Una clase que bajo consignas falsamente colectivas intentan manifestar su odio hacia el otro. Ellos no quieren una patria unida y democrática, quieren una patria a su imagen, cualquiera sea esa imagen, ya que ni siquiera ellos tienen una mirada uniforme más allá de lo que los une, el desprecio al pobre, al desocupado, al piquetero, al docente y al trabajador que reclama y no se conforma con lo que el sistema tiene destinado para su existencia.


Las expresiones de la dirigencia en líneas generales fueron por una lado desligarse de la convocatoria, en la previa, para luego manifestar su alegría por la "espontaneidad" y lo "pacífico" de la marcha. Pero esta visión dista de la realidad: la marcha fue generada por auto convocados macristas, “voluntarios” y fogoneada por el call center de Marcos Peña.


Este último rescató la falta de “expresiones de odio” en la manifestación, evidentemente no escuchó los insultos y deseos de muerte a la “Yegua”, a los “KKs”, a los piqueteros y a la clase popular en general.


El mismo cinismo con que días atrás el ministro de educación anunciaba que a Ana Frank la mato el fracaso de una dirigencia que no pudo unirse y no una ideología asesina como él nazismo, utiliza nuestro presidente para denostar los reclamos de las clases populares.


Los docentes, los trabajadores y los militantes del campo popular tenemos el derecho de consumir, si así lo queremos, un choripán y una coca. Y además tenemos el derecho a transportarnos en colectivo si no podemos llegar caminando, y vamos en ese vehículo porque representa nuestro pensamiento y militancia, militamos por lo colectivo, que no es lo mismo que sus consignas vacías que esconden una patria para pocos.



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