top of page

Da Para Pensar. Hegemonía, contra-hegemonía y los medios comunitarios en el barro de la historia.





“El capitalismo viene al mundo chorreando lodo y sangre por todos sus poros” afirmó Karl Marx en el capitulo XXIII de su obra cumbre, “El capital”. Fiel reflejo del axioma es la conquista de América, también su fase superior (según David Viñas), la mal llamada “Conquista del desierto” o las Dictaduras Cívico-Militares sufridas en el siglo XX ya que “el león es un sanguinario en toda generación”. El capital, este Drácula chupa sangre de desposeídos, siempre necesitó de la violencia para implementar sus planes de voluntad de poder supremo sobre todo el planeta. Pero ¿cómo lo hace? Simple, creando enemigos débiles que justifiquen su ferocidad y masas obedientes que acepten su impunidad.

 


La hegemonía cultural precede a la coacción y coerción del poder estatal, imponiendo la verdad de las clases dominantes como verdad absoluta. “Quien tenga el poder tendrá la verdad” afirma Foucault: esta justifica la relación social asimétrica entre ricos y pobres, principalmente desde los medios de comunicación: "Si no estáis prevenidos ante los Medios de Comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido" Malcolm X.


Siempre que se plantea una verdad, se plantea una superioridad moral que se contrapone a otra inferior. Aquí nace ese mal necesario: “El otro”, el enemigo, el que no tiene derechos, el que debe ser exterminado. “Civilización o barbarie” afirma Sarmiento, entendiendo que no pueden convivir el uno y el otro, sino que es uno u otro. La civilización en contra de la barbarie: esta es la historia del capitalismo y de nuestro país.


Todo lo bueno es la civilización por lo tanto todo lo malo es la barbarie. Mientras la civilización es la misma con sus contradicciones y su mayor complejidad propias de la dialéctica de la historia, la barbarie muta en su significante pero no en su significado de inferioridad, exclusión y posterior exterminio. Su significante es la mujer en este sistema patriarcal capitalista; es “el indio” desde la conquista de América hasta la actualidad; el gaucho en la conformación de nuestro Estado Nacional hasta su exterminio o domesticación; los inmigrantes pobres de Europa (principalmente Anarquistas) a fines del siglo XIX y principios del XX (y de ahí en más los sindicatos); el “aluvión zoológico”, “cabecitas negras”, “patas sucias”, esos migrantes del interior en épocas del primer y segundo peronismo; los “marxistas ateos” o peronistas, también llamados “subversivos”, en los años 60 y 70; y a partir del actual neoliberalismo que vivimos en nuestro país se suman los famosos inmigrantes de países limítrofes, los K, el chori y el colectivo entre otros, conviviendo todos juntos transversalmente a lo largo del tiempo como “los malos” de la historia oficial.


Entonces resulta que hijos, nietos, bisnietos y tataranietos de inmigrantes olvidan de donde vienen mientras consumen los medios de comunicación que les dicen lo que tienen que decir y encuentran, o mejor dicho le inventan un “otro”, un enemigo que se asemeja mucho más a su historia y sus raíces que las luces que se reflejan en las pantallas. La premisa es simple: “odiar al oprimido y amar al opresor”.


¡Bienvenidos al fetichismo 2.0!: “es así porque lo vi en las redes”, “salió en la tele”, etc. El sujeto se hace objeto y el objeto, sujeto. El sujeto enajenado ya no necesita pensar sino repetir, un verdadero “interprete interpretado” con anterioridad desde el poder que allana el camino de dudas e inseguridades propias del ser humano. El objeto 2.0 es divinizado y nos deja obnubilado ante su interpretación de la realidad. Nadie se pregunta quien ha producido esa verdad, no se cuestiona la relación de producción ni cuanta sangre fue necesaria para que las verdades lleguen “sanas y salvas” del opresor al oprimido.


A no desanimar: “Donde hay poder, hay resistencia” como bien sabe Foucault. Para que haya un dominador debe haber alguien que acepte su subordinación. Por eso, tanto la radio como la revista y la radio Sapukay, esta entidad comunitaria de Colón, se resiste a aceptar la verdad hegemónica. Busca ser una pieza más de un engranaje CONTRAHEGEMÓNICO que intenta unir los intereses de las clases populares, encontrar las interpretaciones que no aparecen en los medios masivos de comunicación, dar voz a “Los nadies” de Galeano, a los oprimidos, vilipendiados y ninguneados. Están todos invitados a participar, el único requisito es pensar, “dudar de todo” como dijo Descartes.


Mientras tanto Micaela no aparece, Milagro sigue presa y el mundo está cada día peor. Por eso dejo la reflexión en forma de poema de Federico Bosch, para que pensemos colectivamente ante la imposición individual y egoísta que impera en los tiempos que corren:


DA PARA PENSAR


Medios mediante se aborrece Del docente Del desocupado Del huelguista Del menor Del gremialista Del militante Del científico.


Da para pensar Que el mundo está en otra.


Mientras en las calles se persigue Al pobre, la puta y al negro Se aplaude la patriota honestidad De los evasores que blanquean millones


Parece que la avaricia Goza de buena prensa.


Se persigue a la lesbiana Higui sigue presa Se persigue a la aborigen Milagro sigue presa.


Da para pensar Que el mundo está en otra.


En una ciudad de Entre Ríos desaparece una mujer Es como si fuera la misma pero no lo es Una cifra más del ábaco infinito Del registro de infamias

Me permito conjeturar Un borgeano pensamiento La desaparición de una mujer Es la desaparición de todas las mujeres.


Da para pensar Que el mundo no piensa en la Otra


F.J.B. 05/04/2017



*Esteban Gamarra y Federico Bosch son miembros del programa Pasado Presente que se emite por Radio Sapukay de Colón Entre Ríos.


bottom of page