En una nota publicada hoy en las redes sociales el diputado y ex ministro de economía, Axel Kicilliof, se refirió al aumento de la deuda externa por parte del actual gobierno de Cambiemos, y lo relacionó directamente con la epeculación financiera y la fuga de capitales.
Hablemos de temas de fondo. No hay brotes verdes, el segundo semestre era otro verso más. La economía no arranca, la industria y el empleo caen y la inflación no baja. Pero por detrás de esta negra coyuntura, Macri además va construyendo un verdadero salvavidas de plomo, que va a condicionar el futuro de nuestro país por décadas: la deuda externa.
Desde que llegó Macri al gobierno, la deuda externa casi se duplicó.
Hace exactamente un año, el gobierno arregló con los fondos buitre a las apuradas y casi sin negociación. El resultado fue pagarles vergonzosamente más de lo que reclamaban. A Paul Singer incluso se le cubrió el costo de los abogados y hasta la propaganda que hizo contra Argentina.
Para aprobar la ley de pago a los buitres, Macri consiguió apoyo en el Congreso de muchos dirigentes que fueron elegidos para otra cosa: para ser oposición. En aquel momento el gobierno había prometido que pagándole a los buitres el costo del endeudamiento iba a bajar a los niveles del resto de los países de América Latina. Como se observa en el gráfico, también era mentira.
En resumen: Macri pagó una enormidad a los buitres, después tomó descontroladamente deuda externa y lo hizo a tasas altas.
¿Dónde fueron a parar esos recursos? No se usaron para mejorar la infraestructura, ni la educación, ni la salud, ni los salarios, y mucho menos para los sectores más postergados. Tampoco llegó la lluvia de inversiones. La mayor parte de esos dólares se fueron por la “canaleta” de la fuga de capitales. Hoy, como en las peores épocas, la única “industria” a la que le va bien en Argentina es la bicicleta financiera.
Pero lo peor de todo es que la creciente deuda va poniendo un torniquete sobre nuestro futuro. Si hay más deuda, cada vez hay que usar más recursos del Estado para cubrir los vencimientos. Los pagos de deuda obligan a realizar un ajuste presupuestario permanente, a pedir más deuda para pagar la deuda y, finalmente, llevan a aceptar las condiciones que van imponiendo los acreedores a la política económica. Día a día vamos cediendo soberanía. Al tomar deuda Macri va hipotecando el país.
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